viernes, 12 de diciembre de 2008

Cómo el velo embellece a la mujer (sin que tenga que morir en el intento...)






¡Sí, sé bien qué pensarán de entrada! (pues yo habría pensado lo mismo... ) que han caído en una página "que atrasa", reaccionaria, algo surrealista, que se dedica a defender los valores más tradicionales del Islam o de la ortodoxia. ¡Quédense tranquilos! Esto se trata, en primer lugar, de belleza... y con material de primera mano ya que yo misma uso velo -bueno, unos cuantos velos a decir verdad- cada vez que viajo a mi querido Oriente Medio. En segundo lugar, es cierto, se trata de valores.


Se puede ser mujer, con velo, y ser hermosa. Se puede jugar con ellos hasta el hartazgo, con un trozo de tela, el que sea, se pueden hacer milagros. Te hará, además, sentirte más cómoda. Y verte más misteriosa. Y sobre todo... hará que sólo importes tú y no tu figura, o tu belleza, o tu cintura de avispa, o tu perfecta cadera de odalisca, o tu cuerpo gordo y celulítico, o tus kilos de más.





La utilización del velo es una tradición histórica. Muchos lo llaman hiyab -que no está mal-, pero un hiyab no es exactamente un "velo" o un pañuelo, sino que define toda una forma de vestir. En concreto, el hiyab implica no sólo cubrir la cabeza, sino vestir "castamente" y, desde luego, con gracia y belleza. En oriente la belleza es un mandato. Porque remite a D´os. Porque la belleza es el "aroma" de D´os.

Para hablar con mayor precisión: el niqab es el velo que cubre la cabeza y el pecho; El chador es una vestimenta típica iraní y suele cubrir de la cabeza a los pies (siendo, por lo general, negra, azul o verde oliva) pero dejando ver todo el rostro; la burka, de origen afgano, es la túnica que sólo deja ver los ojos que están, de todos modos, ocultos tras una rejilla.

La orden de vestir con modestia alcanza a varones y mujeres por igual. Podría hablar de las injusticias que se cometen en Oriente con las mujeres y tendría material para rato, pero no es el tema de esta entrada. Lo mismo que las injusticias cometidas en Occidente con las mujeres...

Y las tiranías de las dietas, los gimnasios y las enfermedades que esto conlleva.


Una mujer con velo comunica una forma de vida. De ahí que para un hombre pasa a ser sagrada y merecedora de todos los respetos. Cualquier atropello, maltrato o desatención por parte de los hombres constituye un haram, es decir, una falta grave, algo prohibido. Porque toda mujer con velo presupone un constructo de valores que van más allá del Islam o de la ortodoxia.



El hiyab no es una institución humana; viene de D´os. Y no sólo implica cubrir la cabeza -cosa que puede hacerse con toda la gracia del mundo-; implica no usar ropa ajustada en público ni exhibir los brazos ni exhibir las piernas. ¡Qué opciones tenemos para esto? Las faldas largas en todos los tonos, texturas, colores, cortes y fantasías; los pantalones amplios o al cuerpo, los vestidos sueltos o al cuerpo, las camisas, remeras y blusas que deseemos -incluso las más sexys- ya que lo amplio se permite y lo adherente se cubre con un chal, velo o pañuelo amplio. Tenemos, incluso, -y esto es un oasis de practicidad-... ¡ropa con "capucha" incorporada! Hay una marca egipcia de primera línea que fabrica ropa de lycra con hiyab: remeras, poleras, vestidos, y hiyabs "sueltos" desde luego. Sobre la capucha puede ir cualquier velo o pañuelo que nos cubra el torso que queda, eso sí, más fajado que un matambre.



¿Cuáles son las claves para usar un velo? (Y verte como actriz de cine). Aquí van unos consejitos de primera mano:

-. Escoge pañuelos de distintas texturas (gasa, algodón, seda, encaje, hilo, etcétera). La diversidad en la trama ayuda a marcar la ocasión. Así, por ejemplo, para un día de estudio o de trabajo, un pañuelo de algodón -liso, estampado o con mostacillas- te hará sentir cómoda, mientras que para una fiesta, boda o salida a cenar o a la Ópera, nada mejor que la gasa con apliques de seda o pedrería.

-. Varía los colores. Elije según tus ojos, tu piel, tu ropa, tus zapatos. Siempre es bueno tener de ambas familias: tonos fríos y tonos cálidos; algo en negro, algo que haga juego con tu ropa preferida, algo neutral. Ten estan pado, pero piensa que son menos combinables que lisos. Si el liso puro no te gusta -y, sí, suele quedar algo insulso- búscate uno liso con apliques o con un bonito o llamativo bordado. Yo tengo muchos de gasa, lisos, con hermosas -y reconozco que muy elaboradas- guardas de seda trabajadas o bordadas.

-. Elije los prendedores o broches que resulten más prácticos según la ocasión. Las broches pueden ser lo más invisible posibles o, por el contrario, llamar la atención porque contrastan con el color del velo o porque son, lisa y llanamente, "obras de arte". Siempre es bueno tener algunos broches atractivos para las ocasiones especiales. Si tu pañuelo es muy bordado (yo tengo uno rojo que es una auténtica artesanía, ya que fue diseñado como chal) usa un prendedor discreto, que sea casi invisible.

-. Hay algo infaltable en el necessaire o cartera de toda mujer que se precie de usar velo. ¡Los alfileres con cabeza de colores! Con ellos -son realmente infaltables- sujetaremos el velo a la vincha, capucha o ropa que usemos para que no se desarme. El velo sobre el cabello casi siempre se desliza. Esto es inevitable. Si la textura es más gruesa (por ejemplo un algodón rústico) o el velo se hace al estilo bereber, no habrá demasiados problemas, pero la seda, la gasa, el encaje y prácticamente todo el resto de las telas se deslizan. Hay que sujetar el pañuelo discretamente. Un par de alfileres nos arreglan el problema por las horas que sean necesarias. ¡Ojo! Aunque uses un buen prendedor -firme, grande, sólido- usa siempre alfileres.

-. Si usas hiyab ya lo sabes, pero vale la pena repetirlo: tienes que cuidar tu cabello más que nunca, lavarlo muy seguido, cepillarlo, hacerlo respirar, cortarlo de vez en cuando.

-. Esto es, quizás, lo más importante para verte distinta: varía la forma de atarte el pañuelo. Escoge un "tocado bereber", un velo que caiga hacia atrás, uno que cubra la frente, otro que la despeje, uno que se ata por detrás con un nudo, otro que se ata a un lado y caiga en cascada (si tiene una guarda atractiva que cae sobre el pecho, será todo un acierto). Haz lo que te indique tu imaginación.

-. Aprende a maquillarte. Usa khol (yo tengo una auténtica locura por él). Usa sombras y lápices de distintos colores. Centra la belleza en tus ojos. Tu rostro está en primer plano, el velo sólo lo enmarca.

-. Sonríe todo lo que puedas. La alegría hace que toda tú te veas mejor.



Una vez en casa, lejos de las miradas de la calle, el velo desaparece y -desde luego- seguimos sintiéndolo sobre nuestras cabezas. Sin él una se siente desnuda. Si por algunos motivos no podemos usarlo en Occidente, un sombrero o una boina son buenos sustitutos para poder salir. Basta con cuidarnos de no usar ropa ajustada y listo. ¡Sí, conozco el cimbrón psicológico que implica mostar el cabello tras días, semanas o meses de ocultarlo!



El velo no es un disfraz.

El velo es un modo de vida.

2 comentarios:

  1. Anaïs me ha gustado encontrar tu blog, por que ahora se con que rebatir las impertinencias de las personas intolerantes con las vestimentas de otras culturas.

    La llegada de personas de otros paises a España, ha sacado lo mejor y lo peór de nosotros y en nuestra mano está que las nuevas generaciones tengan otra mentalidad.

    Soy una gran defensora de los derechos de la mujer, pero si ésta decide usar un velo, ya sea, por costumbre, tradición o como complemento de su vestimenta en su derecho está.

    No entiendo la manía de la gente por querer que toda cultura diferente se anule para adaptarse a la nuestra... y simpre les hago la misma pregunta...¿Tu, en sus países olvidarías tu manera de vivir para adaptarte a la de ellos?

    Que mayor riqueza puede haber para alguien que querer conocer y entender diferentes culturas. Si conocemos lo bueno enriqueceremos nuestra sabiduría y si conocemos lo malo, entenderemos.

    Por eso, mi conclusión es, que las personas que no acceptan la llegada de otras razas a su entorno, no es por racismo... creo que es mas bien por ignoracia e incultura.

    Perdona por la parrafada. Pero a veces parece que me dedico a predicar en el desierto jejeje.

    Un beso,

    Raquel

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  2. Hola como estas? soy musulmana conversa y me gusto lo que escribiste sobre el velo-hiyab. me uataria seguirte si no te molesta. Yo hasta hace poco tb comencé un blog, es nasreenamina.blogspot.com

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