(Columna publicada en http://www.valoresreligiosos.com.ar/ en el mes de marzo)
En estos días tanto judíos como cristianos transitamos el camino hacia la Pascua. Algunos la llaman Pésaj, utilizando la palabra hebrea פֶּסַח que significa “salto” y que recuerda el salto o cruce del Mar Rojo y, por sobre todo, el paso del pueblo judío de la esclavitud a la libertad. Otros le dicen directamente Pascua, del latín pascae, que proviene, a su vez, del griego πάσχα (pasja), que se emparenta finalmente con el hebreo pésaj, y que alude al paso de la muerte a la resurrección; Cristo muere y resucita y abre las puertas a la vida eterna.
El lenguaje, gracias al cual se creó el mundo para muchos, no es ajeno a estas festividades, que son ricas espiritualmente, pero también desde una perspectiva léxica. Reflexionemos brevemente sobre dos voces relacionadas con las respectivas fiestas.
¿Qué es el afikomán? Es un trozo de pan ázimo (matzá) que se envuelve en una servilleta y se esconde en algún lugar de la casa antes de comenzar la cena de celebración de la Pascua. Hacia el final del banquete los niños, a modo de juego, buscan ese trozo de pan escondido y quien lo encuentra se hace acreedor de un premio o regalo. Es una buena estrategia para que los más pequeños se queden despiertos hasta el final. Y además… ¡el seder u “orden pascual” no puede concluir hasta que todos hayan comido un trozo del afikoman!
La voz proviene de los términos griegos epikomen, “postre”, o epikomion, “entretenimiento o diversión después de la cena”, coherentes con la ubicación de la búsqueda del afikomán hacia el final de la comida y con la alegría que conlleva para toda la familia.
¿Qué es el triduo pascual? Es el tiempo litúrgico que comienza el Jueves Santo, con la liturgia de la Cena del Señor, sigue el Viernes Santo con el ayuno, y concluye el Sábado Santo con la celebración de la Vigilia Pascual. Desde un punto de vista cronológico, es el período de tres días comprendido entre la tarde del Jueves Santo y la madrugada del Domingo de Pascua. Dentro de este triduo se celebran los tres grandes misterios de la redención: la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo, corazón del año litúrgico.
El nombre triduo pascual es muy reciente ya que se remonta a los años 30 del siglo XX. Sin embargo, ya a finales del siglo IV, San Ambrosio se refería a un triduum sacrum –en latín, “tres días sagrados”- para aludir a las etapas históricas del misterio cristiano.
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