Sé que este artículo puede traer controversias. Lo publico porque estoy de acuerdo con quien lo escribe -escritor argentino con quien a veces disiento- y porque es difícil defender algo cuando, en mi caso, no se es "objetivo" en lo más mínimo. Mi subjetividad con Israel (Ha Aretz) es la de un hijo (no adolescente, sino pequeño) con su madre cuando la tilda de la más sabia, la más bella, la más atrayente. Sabed perdonar mi silencio de más de un año. ¡Kaminos de leche y miel para todos!
Aquí va la nota: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1258201#lectores
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